Recordemos algo interesante, en el debate realizado entre el candidato Scioli y el candidato Macri, el primero aventuró una serie de medidas que la formula Cambiemos llevaría a cabo si llegara a ser gobierno, un giro total al neoliberalismo, cosa que realmente sucedió, pero el problema no era lo el candidato del FPV decía, sino quien lo decía, él, y desde ahí, ya estaba perdido como efecto de una imagen devaluada.
El diputado Rossi expresó que se postularía como candidato a presidente en las próxima elecciones del 2019, cuando sostuvo "tener muchas ganas de ser presidente de los argentinos", ahora, la pregunta es, ¿qué sucedía con él en aquella época en la que Scioli fue bendecido para llevar a cabo el papel de ser candidato presidencial del partido de aquel entonces?, ¿qué pasaba con todos esos posibles candidatos a representar el FPV?, bueno, parece ser que no median y sus posibilidades por llegar a la presidencia eran nulas.
Por eso la interrogación, si lo que no media ayer ¿por qué habrá de medir en el futuro?, si dejamos por un momento el concepto del suicidio electoral es porque el diputado Rossi considera que puede alzarse con la presidencia, pero si antes no media, ahora, ¿a que se debe ese potencial del llegar a medir?, seguramente es porque nos hallemos ante un claro devaluar de la presente gestión, un notable giro que augura carreras presidenciales en candidatos que antes no median, no obstante, estemos ante una suerte de causalidad inverificable, pues la caída de uno no implique si o si el elevar del otro o de los otros.
El meollo del cual nadie duda es el presente devaluar del gobierno, ¿paradójico no?, pues lo que aplica a la moneda nacional al final se convierta en un efecto boomerang, se lo aplique a sí mismo y así, poco a poco él también vaya devaluándose, perder su inicial poder y permita a los obsecuentes de turno animarse a ir en su contra, tales como gobernadores, aliados, periodismo, economistas etc., porque el valor que poseía que era su inicial poder se va perdiendo y ahí resida el devaluar.
Será el coraje de terceros a los que deberá a enfrentar, ¿a esos donde antes solo había condescendencia, acatamiento, subordinación y obediencia?
Ahora, no deja de llamar la atención la curiosa manera de considerar a lo electoral como si fuera un péndulo, lo electoral comportándose como si hablásemos de un hecho físico, donde lo que ha subido, lo que está alto, lo que está por sobre el nivel del mar, caer, pero eso no explique el elevar de un candidato que antes no podía hacerlo, en política creer que lo que cae eleva al contrario, sería reducirla a hechos que la emparentan con la física, porque la caída no eleva a un tercero.
Mire, México viene sufriendo por 70 años o más a gobiernos de derecha, varias veces la izquierda mexicana intentó en ese largo periplo enfrentar a una derecha devaluada y buscar llegar al poder, no obstante, esa derecha siempre se mantuvo por el cual el devaluar de uno no implicó el elevar del otro.
Como el devaluar de Scioli tampoco significó el ascenso de Macri, una publicidad tres veces mayor gastada que sus adversarios, un ejército de trol operando en las redes, una estrategia montada hábilmente, fueron las claves para instalar la presente administración, más allá de la imagen que portaba el candidato del FPV.
Pero el devaluar ¿no ayuda en nada al opositor?, si, instala la fe, la esperanza, la expectativa de la gente que sufre en los bandos contrarios, solo eso, y esa sea una habilidad a explotar por parte de toda oposición, como la presente administración la supo hacer.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias