Recordemos que la estructura formal del sistema democrático esté dada por esa división de poderes como también la representación de las minorías en el Congreso, ahora, por falta de quorum no podrán hacerse escuchar sus voces tales minoría y nuevamente la pregunta, ¿es eso democracia?, solo si es electoral.
Como dato el presidente Macri, en lo que lleva de su gobierno hasta el 4 de marzo de 2018, ha firmado 46 decretos de necesidad y urgencia, con un promedio de 20,6 por año, ¿ y justificados como tal?, el silencio de los otros poderes no permita verificarlos.
Volvamos a ese salto a ese hiato entre lo formal y lo que efectivamente ocurre, entre las palabras y los hechos, entre las promesas de campaña y la agenda de gobierno efectiva, a poner en tela de juicio a la pretensión de encorsetar a la realidad según declaraciones, discursos y relatos, algo a lo que debemos prestar atención en especial por estar en año electoral donde las promesas de campaña no tardarán en aparecer.
Las primeras de ellas son las que habrán de surgir desde la oposición, pues se reclama unidad desde varios sectores y para lograrla, ellos deberán crear y configurar un proyecto de alcance nacional, viable, superador etc., en otras palabras, los vencidos de ayer volcarse como alternativa para vencer a sus vencedores.
No, no -se me podrá decir- mire, usted lo expresa mal, no se trata de una competencia en la cual hay ganadores y perdedores, sino de una instancia superadora de algo tan soez como lo presenta usted, pues se trata de la confrontación y elección de ideas, ideologías, valores, junto a idearios de carácter nacional y cuanta cosa más.
¿Pero usted cree en eso?
Mire, la cuantificación es quien define y si cree que esa cuantificación es el resultado de lo anterior eso es estar bajo un diagrama formal explicativo y racional donde no entran la emociones ni los sentimientos, justo cuando se dice que el peronismo es un sentimiento antes que otra cosa, y ese sea su razón de continuidad en este lugar del mundo.
Lo emocional es el factor determinante de todas las acciones en la realidad y también a la hora de votar, por eso lo que usted escuchará tendrá un fuerte sentido emotivo y entrará en juego lo apocalíptico, una vez más lo civilizado y lo bárbaro, entre el blanco y el negro cabeza, entre el ciudadano y el pueblo, entre ellos y nosotros, del pobre votando al rico, ¡qué más irracional que eso!, y todo los candidatos, los que fueron, los que son y los del futuro, jamás fueron, son y serán pobres, ¿se ha dado cuenta de eso?, la indigencia no solo deja huellas sino que actúa en cada presente en donde se dan cita la marginalidad, la ignorancia y la demonización.
Y se trata de eso, de la pobreza, de la miseria, de las deudas que se ha instalado en el país, más allá de los gobiernos de turno, generando el famoso gatopardismo desde los años sesenta en adelante, eso sea lo real, eso es lo que acontece, eso es lo que prima, ¿el resto?, lo banal colocado como importante, los candidatos son los objetos de la cuantificación siempre monitoreados por aquellos que ganan y que no han sido votados, los nunca pobres.
Por un instante un acontecer sucede, los pobres son ricos y los candidatos son pobres, y para ellos esta lo electoral, encargarse a la normalidad entre unos y otros, pero encaramarse en nombre de la pobreza será mantenerla siempre, entonces, sueños, esperanzas, fe, creencias, identidad partidaria y cuanta fruslería más, serán estimuladas o lo emocional exacerbado en cada año electivo como eje de continuidad.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias