Mire la escuela sufre un fenómeno más que interesante, es contradictoria porque se mueve por dos ejes distinto, el de la meritocracia y la integración, la primera este representada por la nota y los contenidos que la hacen posible, pero la nota 10, que no es la misma que el 7, ni la misma que el 3, no solo represente una diferencia cuantificable sino que es trasladable a lo cualitativo, a la persona, al alumno, éste se destaca, éste se hace notable, éste representa el sentido cabal de la escuela , el aprender, porque el sentido del ser de la escuela y así fue concebida, es la del enseñar.
Pero por el otro lado, también debe integrar, extraña palabra porque, ¿que se integra?, por lo general ese término se lo aplica a jóvenes que viven desintegración familiar y experimentan situaciones de vulnerabilidad y la escuela debe rescatar, hacerse cargo "de lo que otras fuerzas vivas no han podido resolver", entonces, al aula, a tenerlo bajo ciertas condiciones para que ese joven, recupere, adquiera, conquiste capacidades que el entorno no le supo dar, proporcionar, pero que la escuela por su tradición de enseñar estará en condiciones de lograr, bueno, falso, nada más falso que eso.
Tales aulas que integran se convierten en aguantadores de jóvenes que sufren todas las calamidades de condiciones de existencia desfavorables, así, un alumno de esas características pone en evidencia la fragilidad de la institución escolar a la que se les ordena que deben contener a costa de todo su personal, incluso cuando los docentes se encuentran bajo insultos, improperios y amenazas de esos jóvenes, así, pelear contra sus compañeros, sin hacer nada en el aula y de mala gana estar, y solo actúa bajo el chantaje empático de algún docente de turno, bueno, tal ser el contexto que el integrar implica, bajo el lema que no se debe hacer diferencia con tales alumnos, docentes, equipos de orientación, directivos etc., no puedan más que soportar las situación, y al respecto, hay en el pueblo una escuela paradigmática en este sentido y otra muy cerca también. Si, usted acertó.
El docente se halla bajo el efecto sándwich, el sistema por un lado y padres, alumnos por el otro, el sistema son directivos, inspectores y fundamentalistas varios del sistema, después, lo social representado por los jóvenes y progenitores, tironeado entre dos realidades distintas debe cuidarse de ambas, como también de propios compañeros porque como usted sabrá, la malicia, el comentario mordaz, las descalificación, el chismerío es algo que reina en el ámbito escolar, es más, estas instituciones son el caldo de cultivo de enemistades entre docentes y a los que deberán cruzarse y saludar en el resto de sus vidas como docente.
Uno de los ítems a trabajar en la jornada de la escuela fue acerca del futuro, educar, formar, enseñar y cuanta cosa más teniendo en cuenta el futuro de esos alumnos, el futuro de esos jóvenes en el pueblo ya todos lo saben, esté comprometido, por vivir en un espacio sujeto a condiciones recesivas o en otras palabras, ¿desea futuro?, bueno, migre del pueblo.
Una galimatía, lisa y llana galimatía, alumnos, crítico, abiertos, excelentes, etc., ¿pero sabe algo?, no se trata de experimentar para lograr supermanes, sino algo peor, que algunos creen que son los encargados de semejante acción, se hablo de un "sin sentido", de docentes que se creen críticos, pero ¿puede haber criticidad si se es funcional a esto?, bueno, tales disparates abundan en estas jornadas.
Para terminar, ya planteó Aristóteles, la potencia y el acto deben estar ligadas, mire, se llama condición humana, y no existan laboratorios para eso, ni siquiera usted como padre pues su hija/jo, lo desmientan.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias