Esa no concientización continúe hoy más que nunca en el presente periodo electivo, pues la cuantificación que implican las elecciones, dejen de lado todas estas cuestiones que hemos señalado, donde los votos logrados por tal candidato vencedor sepulten todas aquellas realidades que no son cuantificables.
¿Importa?, si, se llama subjetividad.
Porque es aquí, en la subjetividad, donde se fundamenta eso que llamamos realidad, algo que precede a la persona pero que no la hace, por ejemplo, ¿qué nos hace sujetos políticos? e incluimos a los creídos apolíticos, y eso sea la esperanza como la decepción en los políticos como en los partidos, esa dualidad crédula e incrédula nos convierta en políticos, en no creer, en no esperanzar, en decir, ¡que se vayan todos!, sea la voz subjetiva que instala el preceder de lo real.
Antecedidos por la ley Peña, el voto es una consecuencia obligada y que obliga, la paradoja es que esta libertad exigida para tomar la decisión de la elección, sea algo que no elige y por ello niegue la participación de la subjetividad porque no exista una libertad que elija ¡no votar!, por el cual el hecho de ese pseudo elegir no posea cabal fundamento, y vicie de representación a la elección y su posterior cuantificar.
La objetividad de la cantidad no es que licua de contenido a la subjetividad sino que fue creada para anularla, porque ¿a quién se vota?, hay un folclor de trasfondo que a modo de una publicidad muestra lo mejor de cada candidato y lo que él representa, repasemos: imagen, discurso, chiches, medios, campaña etc., ahora, ¿la persona cuenta?, no, solo si cumple el rol indicado hacia esa cuantificación, tal sea lo que vale según aquellos que deciden y determinan.
Y continuando con lo paradojal señalar que "lo que muestra también oculta", ya que elegimos en un país condicionado a pagar intereses de deuda de difícil desembolso, dicen que el país es soberano pero siempre le fue impuesto un rol en la economía global, la de ser exportador primario, la soberanía de su moneda quede siempre sujeta a la dolarización estructural que el país no maneja, hablamos de un preceder que a diferencia de la subjetividad, si impone su derrotero al país en el orden internacional, entonces, ¿qué es lo que se vota cuando se vota a alguien?
Si hay un títere, entonces, hay un titiritero, ahora, ¿quién es uno u otro?, simple, si no manejas es que te manejan, si no negocias es porque te sacan, si no tienes no y lo que eres tampoco importa, ya sabes, eres un producto de la cuantificación, ella te posiciona como producto y a vivir en la parte que te oculta, la nueva caverna.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias