Hipoteticemos el siguiente diálogo _"Mire, si yo he operado en la República durante cuatro años, he hice cosas que no quería hacer pero estaba obligado a hacerlas", entonces, ¿puede él sentir culpa?, la obediencia debida de fondo lo ex culpe por hacer algo obligado, y eso los exima también de culpa, por hacer algo sin querer hacer pero debía hacer.
Ahora, si en ese operar de una u otra forma se ve beneficiado como empresario, jefe del partido o algo involucrando a su persona, entonces, por estar ante un cínico, tampoco será posible la presencia de la culpa.
Lo importante no sea tanto ese sentimiento y si, la responsabilidad de los hechos. Solos los no culpable posean su conciencia libre y puedan vivir sus vidas normales sin ningún tipo de remorder, como vacacionar en el sur o ir a Europa, y lo hecho por ellos como gobierno, fue hecho obligatoriamente ante las circunstancias ajenas, contextuales, macro y Globales, por el cual operar desde esas circunstancias, hubo de condicionar las respuesta dadas.
Pero tal actuar, ¿era lo exigido por la República o por lo contextual citado?, porque la República es una realidad también, si claro que sí, pero según lo abordado lo sea en menor valía, por volver a lo externo la medida de todo operar, siendo superior a la República, ahora, asumir la responsabilidad pivotando en lo contextual, implique la mejor defensa de esa representación de la República.
La República no sufre, por ser ella un simulacro de otra realidad, y como virtualidad que es, no sufra, por ello no provoque dolor o nada, y menos culpa pues ¿culpa de que?, la representación exima a toda autoconciencia inculcar penas o auto flagelo alguno. Responsabilidad y culpa, aquí no se aluden ante el nudo del simulacro que significa el sistema político de la representación. La representación actuó y posiciono a la hiperinflación con Alfonsín, Neoliberalismo con Menem, crisis y ajuste con De la Rúa, los cinco presidentes, con el retroceso de los indicadores económicos, inflación , la popularidad del kirchnerismo declinar, volver al F.M.I. con Macri, nos define a lo largo del 1983 hasta la fecha, el gran rol de la economía al cual no se lo ha podido resolver y resorte en este país de cambios de gobierno, y más allá de diferentes siglas partidarias, ninguno ha sabido acertar.
No haber dado con la tecla en tal materia y sin las golondrinas contextuales ajenas, nos muestra una irresponsabilidad, la de no saber responder a las necesidades de la gente y crear un sistema económico sustentable y válido para todos, y si la gente sufre, entonces, en cualquier persona normal la culpa devenir.
Pero no hay culpa en los representantes y no porque no sean normales, sino por operar con una responsabilidad en el afuera, y ese gran problema de la desigualdad reinando aun después de 70 y pico de años, más allá de haberse creado el movimiento superador de desigualdades, y sin embargo, las desigualdades persistir.
Y citemos los motivos de esa desigualdad en la República: gasto público, falta de inversiones, inflación, falta de trabajo, desigualdad en los ingresos, estancamiento económico, el fracaso es notable, la responsabilidad también, pero la culpa o la conciencia de saberse responsable de un mal cometido no atormente a los responsables con ese sentimiento espurio, la responsabilidad como a priori no contiene la culpa, pero ésta a posteriori, sí, y basada en aquel a priori de la responsabilidad.
La representación y la persona son presa de la responsabilidad pero ¿ cuando esta se hace culpa?, nunca, porque no son las personas o el sujeto quien actúa sino el representante reaccionando a las condiciones contextuales y eso los exima de culpa alguna "yo no quiero hacer esto, estoy obligado a hacerlo", aumentar impuesto, achicar el Estado, pedir préstamos o subvencionar empresas, tomar más empleados estatales, agrandar el Estado, o lo que se viene haciendo en materia económica desde mediados del siglo pasado o las causas estructurales de la pobreza y el fracaso de la representación.
Pero entonces, ante esto de larga data ¿no hay culpables?, si, quienes los votan y creen en ellos porque al igual que los representantes, pivoten mirando en el afuera de cada uno, en los políticos que los representan.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias