Para los que jocosamente creian que habiamos inventado una cuarentena de dos semanas, este periodo de “parate” fue al principio tomado con cierta simpatía, a la espera de darle tiempo al sistema de salud para que se prepare, y para evitar un colapso sanitario.
Con el “quedate en casa” los distintos gobiernos mandaron a “guardarse a los legislativos y gran parte de la Justicia”. Pero la cuarentena de la republica está lejos de las urgencias de quienes viven el dia a dia, y quienes le fueron poniendole un tono dramatico al aislamiento, y la curva que mas preocupa comienza a ser la del bolsillo.
Mientras en el país los distritos se esmeraban por controlar el aislamiento y paralelamente se reforzaba la logistica sanitaria, en Vlla Gesell nos quedamos con la sensacion de un excesivo celo en la primer faceta, y nada en la segunda. Un exceso restrictivo que parece solo explicarse en el temor a la falta de respuestas del sistema sanitario local ante una posible ola de contactos.
La estrategia elegida se torna al menos cuestionable en una ciudad cuya economia depende exclusivamente de la actividad turistica, y soportable en gran medida por los buenos resultados que en general dejaron la ultima temporada.
Los especialistas coinciden en señalar que el virus - con vacuna o sin vacuna - en algun momento nos alcanzará, y las medidas de los gobiernos solo buscan administrar el desarrollo de los contactos.
Al borde del default, con un dólar por las nubes y con el riesgo país más alto de los ultimos tiempos, el mientras tanto es un tira y afloje entre el enemigo invisible y la supervivencia economica, que para el caso de las economias que viven del turismo parece no tener un final proximo.
Hay en algunos ejecutivos un peligroso romance con la cuarentena: compras libres en el marco de la emergencia, el manejo a gusto y sin controles de fondos son algunos de los condimentos de estos nuevos reinados que deciden quien va, quien viene, quien entra y quien sale, a veces sin un criterio único y sin el control político que el esquema republicano de gobierno establece, y sin las voces de las minorias, reflejadas en el Congreso Nacional, las legislaturas provinciales y los Concejos Deliberantes.
Mientras tanto, desde lo local, Barrera logró sacar de la agenda los descontroles del verano que tanto le costaron a Gesell; aunque el esquema de gobierno de “la gran billetera” de Barrera parece haber encontrado un escollo en la falta de recaudacion, y muy pronto le exigirá mostrar los dotes de gobernante.
Los que viven dia a dia enVilla Gesell empieza a reclamar a sus gobernantes - Intendente, Concejales y fuerzas vivas de la ciudad - comenzar a discutir la salida, antes de que sea demasiado tarde.
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