“Concejal Diez, cierre esa ventana”.. fue la órden de Oilataguerre - docente con espiritu de preceptora - alegando un protocolo inexistente, porque el dictado por la Presidencia del Concejo para funcionar en comisiones deja bien en claro la importancia de “ventilar el ambiente”.
“Cierran la ventana porque no quieren que la gente escuche lo que acá adentro pasa..”, sentenció el presidente de la Bancada Cambiemos Luis Baldo.
En el recinto se discutía la derogación de todas las ordenanzas de manejo de playas y arena, por lo que desde el patio había manifestantes con ganas de escuchar. Rapidos de reflejos, algunos de ellos se encargaron de fotocopiar y ampliar un párrafo del “instructivo” repartido entre los concejales para el funcionamiento de comisiones, en donde se recomienda mantener los ambientes ventilados.
Desde su cuenta de Instagram, el jefe de la bancada Cambiemos Luis Baldo registró al dia siguiente las ventanas abiertas mientras se reunian las comisiones permanentes, señalando en su posteo el detalle “en la Sesión de ayer los concejales del Intendente no quisieron que se abran las ventanas del recinto . Hoy en Comisiones no tuvieron problemas .No quieren escuchar a la gente”, sentenció el ex intendente.
El episodio ventanas del Concejo repitió la matriz de manejo de la pandemia del barrerismo: normas y protocolos que se aplican a su antojo, y de acuerdo a la cara del que lo tiene que cumplir. La misma Presidente del cuerpo viajó a Tandil y a la vuelta no hizo cuarentena, bajo la excusa de que provenía de un sitio que no tenia trasmisión comunitaria, una vara distinta que la aplicada a muchos geselinos que salieron de la ciudad y a la vuelta tuvieron que quedarse encerrados.
El acceso por la 139, la restricción de acceso por la avenida Buenos Aires, el manejo de los comercios y hasta el restablecimiento de las sesiones del Concejo tuvo manejos similares que evidenciaron la “vara diferente” en la aplicación de la normativa de cuarentena.
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