La Justicia, entonces, es entendida como "uno de los valores máximos en toda sociedad moderna" y representada -por un poder judicial-, una de las patas de los poderes "independientes" en este país.
Así, la justificación -que implica- y avala al poder judicial "sea la de actuar" conforme a la Justicia pero no conforme a sus poderes institucionales, en otras palabras, si deja de lado el espíritu de la Justicia "objetividad, imparcialidad", entonces, tal separación fraccione -el sentido- que debe existir entre Justicia y poder judicial. Como significaría -un poder judicial- altamente politizado, favorecedor de medidas políticas y sujeto al interés particular de ese sector político.
Ante tal estado de cosas "el vínculo" entre lo judicial y lo político, vacíe el sentido mismo de la Justicia -y haga de ésta-, la mera forma "de un significante", y su esencia -enlodarse- por ceder el "poder judicial" que actúa en su nombre, a los caprichos e intereses del poder político vigente, por el cual "habrá un poder judicial" pero -sin Justicia-. Entonces, la pregunta, ¿cómo justificara sus veredictos ese poder judicial alejado de la Justicia?, entre el tecnicismo del Derecho, los vericuetos de beneficios más las conveniencias de la obediencia "al políticamente correcto", así habrá de operar.
Y eso "es corrupción", utilizar lo público para el propio beneficio, por el cual caída la honorabilidad, dignidad, nobleza, veracidad etc., el poder judicial continúe con -el simulacro de algo- que no posee, sentido de Justicia al utilizar "en su nombre" ¡la ley del Talión!.
Con lo señalado "la gran paradoja" entra en escena -nombrar a jueces- para que meta mano "en otros jueces" y lo partidario ingrese una vez más -como eje-. Así, la denuncia de ser partidaria (por cierta institución judicial) pero realizada desde lo partidario del gobierno "es la gran paradoja", y quedar preso del -ojo por ojo y diente por diente-.
Porque "el método" utilizado para ir "en contra" de la presente corrupción -es el mismo- que hubieron ejercido los corruptos, que fue "la colonización" del poder judicial por el poder político y confirmar la sospecha de fondo, el de estar ante ¡un país bananero!.
¿No sabe de su significado?, se lo digo "un país imaginario" y que ha sido descrito como una república bananera, se trata de un país -pobre, inestable, corrupto y poco democrático- que se mueve al vaivén "de los intereses extranjeros" y caricaturescamente presentado en un filme dirigido por Woody Allen al que llamo "Bananas", a modo de -una sátira política- y presentada a comienzos de los años setenta.
Mientras, no exista -mayor grotesco- en un "país bananero" eso instalado con seriedad: la jura, ante la silenciosa hilaridad de Brecht.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias