Es que la evidente intencionalidad del oficialismo de tirar al piso la imágen del deliberativo tuvo un capitulo que superó todo lo conocido, con un procedimiento diseñado sobre un grosero error de interpretacion del artículo 59 del Reglamento Interno - que es claro al señalar que no pueden entrar nuevamente proyectos rechazados, nada dice de otros similare que esten en comisión - y con la imposición de una moción inexistente, la “mocion de archivo”.
Es que el oficialismo violentó la sesión anterior lo dispuesto como norma general en el artículo 56 que dispone que “Los proyectos de Decretos, Resoluciones y Comunicaciones se considerarán sobre tablas y en el orden que hayan tenido entrada al Concejo”, usando la via de exepcion que permite el envio a comisión cuando el cuerpo lo considera, usando la citada exepción como regla para evitar el tratamiento de iniciativas que en su mayoría eran pedidos de informes.
La presidencia a cargo de Analia Falcón cometió otra trasgresión al reglamento al considerar una moción del Concejal Coronel que no existe en el reglamento: la del pase a archivo. El artículo 62 enumero las mociones posibles, son doce, pero no existe la puesta a votación por Falcón. Como si eso fuera poco, la Presidente en la continuidad de la sesión violentó un artículo más del reglamento, el 63 que señala que la mocion de envio a Comisión debe discutirse. Fué así que ante la falta de discusión sobre el tema, Cambiemos y Crear decidieron no votar.
La preocupante censura impuesta en el Concejo Deliberante
El Comité UCR de Villa Gesell manifiesta su preocupación por la situacion vivida en la última sesión ordinaria del Concejo Deliberante, que derivó en el archivo masivo de iniciativas del Bloque de Concejales de Cambiemos.
Partiendo de un grosero error en la interpretacion del reglamento del Concejo Deliberante, el oficialismo envió a archivo veinte proyectos del Bloque Cambiemos, a través de una moción y sin permitir una línea argumental sobre cada una de las iniciativas.
La grave violación al reglamento encubrió otra conducta más que preocupante: la censura a la expresión de los concejales, y el imponerlos a un voto sin poder esgrimir fundamento alguno sobre cada proyecto.
El oficialismo tiene de por sí la representación suficiente que la ha dado el voto de la comunidad para imponer su criterio, y eso debe ser respetado; pero esto dista de la censura instrumentada a la opinión disidente, incluso forzando el reglamento interno y violentando el más absoluto principio de respeto a las opiniones distintas.
Impericia o acción deliberada, el borde por el que transita uno de los poderes locales preocupa, porque aleja las posibilidades de soluciones consensuadas en medio de una crisis sin igual.
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