Tal sea el evolucionar en los sujetos del fenómeno de lo moral: centrado en uno, pensando en el otro o adquiera una dimensión transpersonal de lo universal.
Llegados a este punto, hay una palabra que sobresale y más que utilizada cuando se enfatizan acciones de carácter social y es "responsabilidad", si se quiere acompañada por la del "compromiso" o por la apelada "solidaridad", como es de notar, todas posean esa -cuestión moralizante- la de intervenir en la conducta de las personas cuyo eje pivota en lo social.
O en otras palabras señalan ¡que los demás están y existen!, así, respecto a decisiones morales decirnos "mira, una cosa son tus creencias, convicciones o lo que sea pero que no causen daño -en la esfera fuera de ti- que no colaboren a provocar daños", usted ya sabe de lo que estamos hablando, se trata de aquellos "que no quieren vacunarse" como es el caso de la provincia de Córdoba, el 40% de su población sostiene ¡que no se vacunará!.
Para tales sujetos -cordobeses o no-, es fácil entender que "se hallan" en la esfera moral de lo "preconvencional", hablamos de individuos centrados en sí y reconociendo la existencia del virus, tomaron la decisión ¡que no se vacunarán! por el cual el discurso moralizante -no será tenido en cuenta- no hará mella en ellos.
Ahora, ¿ellos son consientes -que no se trata solo- de una decisión individual respeto "a ellos mismos" sino que involucra a terceros?, si, claro que si ¡no son necios!, es como conducir a velocidades no permitidas, es como escuchar música a decibeles intolerantes, la de hacer partícipes a los demás de lo que ellos "han decidido hacer", invadiendo privacidades y por lo tanto, generadores de molestias, enojos y antipatías varias, pero eso a ellos ¡no les importa! porque lo importante son ellos mismos.
Si tratamos con sujetos "del orden preconvencional", entonces, deberían ser tratados como sujetos pertenecientes a tal orden, a ser inducidos al obedecer o de lo contrario "recibir un castigo", tal como sucede en las primeras pautas morales en la niñez -si no se porta bien-, entonces, ¡serás castigado!.
No tratamos con adultos morales sino con gente con -apariencia de adulto moral- protegidos con todos los derechos a cuestas, carguen con una falta significativa en su haber, ¡las obligaciones!, y es lo que hacen que el derecho "tenga sentido" puesto que utilizan el derecho -para su propio beneficio-.
Entonces, ¿cómo se los habria de castigar?, con la obligación del vacunarse, pero ¿hacer algo en contra de su voluntad y de sus decisiones como sujetos?, suena arbitrario ¿verdad?, pero ¿no están ellos obligados a obedecer al mercado, al jefe, al patrón, al dinero, pagar impuestos -y cuanta cosa más-?, por el cual si no acatan tal obligar será considerado "dolo" y sujeto a juicio con su pertinente pena.
¿No es excesivo?, salvar posibles contagios y correlativamente -salvar posibles vidas- si de eso depende, ¿te parecería excesivo?, pero lo interesante es que "los pruritos señalados" quizás sean por vulnerar principios como los de libertad, autodeterminación afectando a los individuos inmersos en lo preconvencional, pero tal prurito implique un riesgo al contagio y de la propia vida, cuando "el derecho a la vida" es la mayor máxima posible -e imponerse a todos-, algo que los preconvencionales le disputan, ¡por ponernos en riesgo!.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias