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Las decepciones -pueden obedecer- a múltiples factores, intelectuales, emocionales, de capacidades, y todas ellas son subsanables, pero si la decepción es en "el ámbito de lo moral", tal persona queda sospechada, es como quien -pierde la palabra o la confianza-, eso no son cuestiones posibles de restaurar e impliquen una bisagra "a un futuro abierto" del cual no se sabe nada pero ¡si acerca de algo!, la ruptura con el pasado ante el advenir de la decepción, indignación y desengaño en los sujetos desilusionados.
La foto paso a ser desglosada y analizada tipo "VAR en el fútbol", en este ámbito se capta algo por el cual ¡posiblemente! -algo es punible-, se examina, se minucia la jugada ¡y por fin!, termina apareciendo algo así como "una falta" y se la cobra anulando todo lo que en el juego se desplegó.
Bueno, la metáfora del VAR la reemplazamos por algo más apropiado, el presidente se convirtió en "un significante" ¿y por que decimos eso?, por la suma de significados que despertó la foto y que no son simplemente políticas, sino jurídica, moral, por parte de propios "los decepcionados" y ajenos, "la oposición", potenciar especulaciones tales como que la foto revela -las diferencias en el núcleo del gobierno-, ¡hay un traidor! o la posible "renuncia del presidente! como expiación de culta y regreso triunfal de la Vicepresidente -al cargo vacante-, estaríamos ante una alta -trampa- política y que la oposición "muerde" y así, encaminarse a su victoria a lo Pirro.
El significante -es algo abierto- y por lo tanto -el significado- es adosado según las interpretaciones personales con los trasfondos de los interesados, la cuestión es que ese significante lo instala "el propio presidente", ¡no por la foto!, sino -por el hecho- que reproduce la foto. Un hecho mantenido en silencio, y una mentira de fondo al publicar tal cumpleaños bajo las restrictivas pertinentes en concordancia con el discurso de las contravenciones en salud pública, como publico la agencia de noticias oficial del 14 de julio de 2020, afirmando que la pareja del presidente celebraría su cumpleaños a través de “Zoom, redes sociales y con barbijo”, ese premeditar quizás sea parte de la impunidad que el poder instala.
Y es lo que molesta a esos crédulos decepcionados, la gratuidad de tal hecho, y en -un periodo de tiempo- en que las vacunas, aun ¡no estaban circulando!, implicaba un riesgo extra al primer mandatario.
El pedido de perdón por parte de funcionarios y del propio presidente es demasiado visible ¡que no es genuino!, la falta mantenida en secreto "no es falta" pero pública ¡sí!, por eso no es un dicho genuino, algo que también exaspera a los crédulos, tan amplio el significante que se ha instalado, que motive la siguiente pregunta por aquellos -que han creído- en la condición moral de sus gobernantes, y decepción de por medio ¿cómo seguirán?.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias