Violencia simbólica es algo -que no se ve-, pero ¡que existe! y se la utiliza para describir una relación social asimétrica donde hay un "dominador" que ejerce violencia indirecta en contra de los "dominados", a los que se les escapa de la conciencia y de la voluntad -a los propios sujetos dominados-, el término fue acuñado por Bourdieu.
El sentido del presente texto es reflejar -esa violencia- en el pueblo, ya que impone y reproduce jerarquías a las que se naturalizan o sea, "bueno, las cosas son así porque lo son".
Partamos de la noción de "capital simbólico", ¿eso qué significa? es el valor atribuido a una persona/objeto/cosa por todo un grupo social, con espacios donde se presentan ciertas prácticas como -lo educativo, lo laboral y lo económico- y parapetados en instituciones como -la familia, la escuela, la iglesia y medios de comunicación-, así, espacios e instituciones "se vinculan" para construir y transmitir imágenes, mensajes, valores y normas reforzadores de estereotipos.
¿Qué significa simbólico?, algo que representa y aporta significaciones, genera sentidos y su capacidad para ramificarlos, por ejemplo: que las cosas valen por lo que significan -que por lo que son-, y esta sea una de sus "cualidades persuasivas" e idea de fondo para ir a los casos paradigmáticos de violencia simbólica en Villa Gesell.
Si decimos que en Villa Gesell existe una -desigualdad económica-, no debe sorprender a nadie porque se trata de "una realidad visible" a todas voces, pero si hacemos la distinción entre "actividad económica" y "lógica disciplinaria", nos permita sospechar que no existe una actividad económica "neutral". Ahora, ¿ cómo notar ese disciplinamiento?, la subordinación -al balneario- que impone la idea de anfitrionidad, por ser Villa Gesell "destino" a los intereses privados centrados en el turismo.
Ese control impone la visión de "panacea" que significa el turismo para el desarrollo de la sociedad geselina -algo falso-, porque aquí se encuentra "el germen" de la recesión y principio de toda relación social asimétrica, por el cual -la temporada-, presentada como "oportunidad" y aceptada como tal, es parte del disciplinamiento para que el geselino acepte tal "panacea" derramada socialmente pero que en el sondo, preserva los intereses del balneario en el pueblo y son -los dueños de los servicios-.
El colectivo nacido a la vera del balneario no generó ninguna "lucha política" para nivelar la desigualdad entre ambas entidades (balneario y ciudad) y sin margen alguna para oponerse a tal arbitraria condición quedó subordinado a las fuerzas vivas del balneario, el colectivo, al ir naciendo fue estratégicamente posicionado como -parte de- e invisibilizar la presente jerarquía que significa el balneario y legitimada por los geselinos al identificarse con él.
Es pertinente señalar -ya a nivel de destino-, una incipiente y nueva desigualdad que se va posicionando entre las diferentes localidades del partido de Villa Gesell, nos referimos a la preeminencia de "Mar de las Pampas" por sobre el resto de sus vecinas localidades en el partido, al ser elegida por visitantes con alto poder adquisitivo. Se trata de una localidad que empezó a explotar a partir del 2000 en adelante con residentes posicionando su mirada comercial y aprovechar su espacio boscoso, sin paradores en la playa poco a poco fue imponiendo como marca local, -el sentido posmoderno- de "espacio ecológico".
Así, un indirecto devaluar del turismo receptivo se da en Villa Gesell ciudad, se va instalando una jerarquía simbólica pivotando en Mar de las Pampas aportada por el estatus, que significa el dinero, la inversión cuyo imaginario pivota en términos de distinción, refinamiento y buen gusto, al ser elegido por una clase adinerada.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias