Mostrada como un espacio donde se -enseña, educa y forma-, eso justifique la instancia jerárquica -de los instituidos- a sus instituyentes.
¿Su identidad de fondo? mostrar que -en ella-, existen ideas distintas a las "de la calle", ¿qué significa la calle?, ¡la barbarie, el negro, el otro, el incivilizado, el impertinente, el ignorante! y fundamento a la prerrogativa de fondo del sustento escolar, porque ella -es sobre todas las cosas- ¡civilizadora! y por ello su sello principal -la de ser obedecida-, que implica la señalada adaptación de "todos" e imperativo a seguir.
Presentada en sus formas camaleónicas como institución ejemplar respecto al civilizar, democrática, contendora, propulsora de valores cívicos etc., oculte en su seno instituido -su faz verdadera- ¡violenta, dictatorial, castrense y piramidal! que en sí implica.
Sus contenidos netamente eurocéntricos reproducen un sistema colonial cuya forma de conocimiento es Moderno, científico y racional, y tras enciclopedismo a ultranza, se posicione en la mentes de los jóvenes "formas culturales coloniales" alejados de sus intereses. inquietudes y necesidades.
El rol de las escuelas "no es civilizador" en el sentido de un desarrollo del alumno, de la persona que atienda sus expectaciones, porque se trata de una estructura netamente ¡corporativa!, ante la construcción ideológica por crear "a un sujeto neoliberal" y para ello, tales instituciones posean una orientación de fondo, la de otorgar ¡títulos! con destinos laborales o para ingresar a la universidad, en busca de otro título -en este caso profesional-. Ya señaladas por Althusser como parte de los A.I.E, y denunciadas por el modelo colonialidad/decolonialidad de estar al servicio de una "idiosincrasia eurocéntrica", y reveladas por Bourdieu -más allá del currículum oculto- etc., todos los nobles sentidos otorgadas a las escuelas, no hacen más que ocultar, tapar, el ejercicio de una "violencia simbólica" para adaptar, condicionar, proveer valores de clase dominante.
Presentadas como instituciones -con prerrogativas desinteresadas-, la de "estar al servicio" de niños, jóvenes y adultos -estas instituciones-, son centros de condicionamiento adaptativos, y ejemplificado en la figura del "inocente" alumno abanderado, pues ahí -subliminalmente se posiciona- "el sesgo meritocrático", con nulas condiciones igualitarias como punto de partida. Escuelas que reproducen conocimiento y disciplinas europeas que fueron universalizados, llevan adelante la más lamentable practicas pedagógicas: la del "repetir para no repetir", al cual llaman saber.
Ahora, desde el trasfondo de la violencia simbólica señalada, en Villa Gesell, adquiera efectos comerciales, porque el "efecto civilizador" estará más presente en colegios privados que en los públicos, si consideramos que esa civilización está vinculada a la disciplina, los contenidos, las exigencias, prerrogativas necesarias para -que el hecho civilizador-, sea pertinente-.
Estamos ante una puja de -intereses comerciales centrados en lo educativo-, por el cual comentarios e imaginarios devaluadores hacia alguna institución educativa local que no cumpla férreamente ¡ese delimitar con la calle!, se configure en prejuicio, ¿y eso que significa?, que la institución -¡cayo!- bajo el contexto "de la calle", y dejo de lado sus "principios civilizadores", ¿hay alguna institución en Villa Gesell que es mirada con ese sentido prejuicioso?, ¡sí!, sucede con el popular Edem en el pueblo.
Hablamos de la "pionera escuela pública secundaria", transitada por varias generaciones y con el devenir de las décadas, fue estigmatizada por -mentalidades elitistas-, como ¡escuela marginal!, así, el Edem, como institución -no expulsiva-, aparte de cumplir el papel contenedor de alumnos, buscando incluso a aquellos que desertan, y hoy día, también como espacio de entregas de bolsones de ayuda social, se considere que ha sido colonizado por sectores más cercano a lo carenciado y si agregamos el prejuicio racial por albergar a los hijos -de alguna colectividad latinoamericana-, se complete la cuestión.
Un giro de 180 grados sucedió respecto a la calle, al ser invadida por ésta -los límites se difuminan-, y queda de lado su razón de ser que es "el sesgo civilizador", redunde en una nula incorporación de habilidades, contenidos rozando la mera información, y cero aporte a sus egresados para el después de sus egresos.
Por ello, si se quiere "que un joven" reciba una ¡educación pertinente!, el Edem, debe ser eludido.
Sin lugar a dudas que la presente desvalorización posee una gracia directa para -el negocio educativo-, porque tal evitar "redunde", en la cantidad de matrículas en beneficio de lo privado.
Justificado bajo el -sesgo civilizador- de la violencia simbólica, lo privado, no solo se instala sino que colabore a naturalizar la desigualdad que existe en el pueblo.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias