Recuerdo una profe en la Universidad que me supo decir, "como alumno yo te puedo decir cosas sin que me lo preguntes pero como colega ¡jamás!", lo que implica ese igual y el respeto que significa esa igualdad pero lamentablemente -rota- cuando "ese igual" ¡pasa a ser directivo!, lo que destruye la simetría existente, porque -todo directivo- es brazo ejecutor de la patronal del sistema y a la que representa.
Volvamos a ese ex alumno convertido "en colega", pues debió hacer un salto pero ese ¿cuál fue?, hacia algo desconocido que significan las aspiraciones y las dudas, que posicionan ¡el conocer, el saber, el aprender! parte fundamental de ese salto, señalando acerca de lo que es cada uno, de los límites y los desafíos, mostrando a "uno" de lo que está hecho, convertidos en certezas y viceversa, por lo cual el -sujeto alumno- deber ir, desandar, deconstruir tal subjetividad para construir otra, porque "no hay correlatividad" entre estudiante secundario y la construcción de esa entidad denominada profesor.
Cardinalmente impera un hiato -en todo egresado- y "el ejercer" de lo que se egreso, eso provoque el verdadero y cabal salto, entre egreso y ejercicio de lo que se ha elegido ejercer, pues todo egresado posee aristas y mantiene restos de la condición de alumno, mientras, que -el profesor- ¡no!, este ya pego "el santo" en esa línea divisoria entre uno y otro.
Porque una diferencia acontece y se amalgama con esa condición de estar frente a los alumnos, y la siguiente paradoja, "que los alumnos" -hagan- al profesor, porque es -en la clase, en las aulas- en ese encuentro de unos y otros, bueno, malo, tensionante, conflictivo etc., la caja de Pandora que significa todo encuentro, justificado desde un impartir saberes, algo que "no es posible" por el fundamento enciclopedista del sistema argentino educativo.
Entonces, si el "saber del secundario" esta trazado por la mera mediocridad ¡enciclopedista! y ya sabemos en qué termina todo eso, ¡perderse!, en el cimiento de su existir que es la memoria, entonces, ¿qué significa ser profesor? sino ir "a bucear" en las fuentes misma y desconocidas del tránsito del joven hacia el adulto, lo que hace inútil todo contenidos y se revitalice necesariamente -un humanismo-, al cual se debe ¡despertar!.
¡Salve igual!, "bienvenido/da", .........que los dioses sean contigo, mientras, descubre el sentido más propio del profesor, muy incorrectamente ontologizado como "ser" profesor.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias