Casimiro supo mantener -una postura política- en la Patagonia de aquel tiempo entre 1840 y 1850 ya que no estaba determinada como parte de Chile o Argentina, porque todavía en esas zonas ¡no existía un estado nacional!, lo cierto es que hubo de jugar -para ambos lados-, entonces, ¿cómo termina esta historia?, " Pese a que revistaba en el escalafón castrense argentino como Teniente Coronel, sus últimos años fueron muy duros. El gobierno argentino tardaba mucho en cumplir sus promesas y se cree que perdió su ascendencia sobre los suyos.
Viejo, pobre y enfermo, había buscado refugio en los toldos del cacique Papón....", y ya en un estado crítico, pobre y casi ciego, murió en los toldos del indio Xebel, nieto o sobrino suyo.
Por el contrario tenemos la figura del cacique Pincén, amo y señor de las pampas argentinas., supo resistir hasta que pudo la Conquista del Desierto, que arrasó con vidas y tierras indígenas, él supo ser -el terror de los fortines-.
Selser, la autora de la nota cita una afirmación de aquel tiempo "Según decía el ministro de Guerra y Marina, Adolfo Alsina, “Pincén es un indio indómito y perverso, azote del oeste y norte de la provincia (y) jamás se someterá, a no ser que, por un golpe de fortuna, nuestras fuerzas se apoderen de su chusma. Si esto último no sucede, Pincén se conservará rebelde aún dado el sometimiento de todas las otras tribus hostiles. Es el tipo del hijo del desierto, indómito y salvaje por placer por costumbre y por instinto.”
Pero lo más interesante como culminación de una vida, este dada por su muerte, "No hay datos exactos sobre su muerte. Hay quienes dicen que el cacique murió en la isla Martín García, en una segunda prisión tras cuatro años de libertad. Otros aseguran que ya estando en libertad, Pincén decidió morir en Guaminí, donde para algunos habría nacido y donde vivió en sus años mozos y que por esto partió con algunos miembros de su familia hacia Los Toldos y después hacia su morada final, a orillas de la laguna El Dorado. Dicen que la última vez que se lo vio, allá por 1896 é 1897, el cacique juntaba maíz en las chacras de San Emilio.
Dicen también que cuando se sintió morir Pincén viajó a Trenque Lauquen a despedirse de su familia. Y que su cadáver fue llevado por los blancos. Para otros, su cuerpo fue envuelto en cuero y arrojado a una laguna. Y Juan José Estévez se inclina por la versión de que algún familiar pudo haberse encargado de los restos y se hallen en custodia en algún cementerio".
Quizás -la leyenda- acerca de su muerte sea el cabal tributo de su vida, de quien jamás dejo de luchar en contra del despojo del huinca ni jamás, busco aliarse, no experimento lo mismo del cacique Casimiro Biguá, ni la vida ni la muerte.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias