Con la palabra “sacrificio” un ¡altar personal! adviene al mundo, se trata de un profundo acto mediado por la fe, la que hubo de preceder el dialogo de la propia alma y quizás, hasta el mismo Dios, con el sacrificio, se busque asociar algo disociado y que lo reflexivo posiciono, la importancia que adquiere para esa vida, el sentido de hacer de si, -un altar-.
Según el buscador Google el significado de la palabra sacrificio implica “poner a alguien o algo en algún riesgo o trabajo o abandonarlo a muerte, destrucción o daño, en provecho de un fin o interés que se estima de mayor importancia”, momento de ir a las declaraciones del ministro Caputo “No tengan dudas que el sacrificio va a rendir frutos”;, estas palabras vienen al caso, porque “ustedes” serán puestos en situación de riesgo, abandonados, destruidos etc., es lo que se puede “entender” de -fondo- al liviano significado que le otorga Caputo a la palabra sacrificio.
La liviandad o profundidad que se le “otorga” a la palabra sacrificio signifique una u otra cosa, pero en especial “revele” el estado mental de quienes utilizan esa palabra, ya sea - infantil o madura-.
Ahora bien, el -sacrificio- es una decisión muy personal, porque se trata del propio sujeto quien se erige “altar” e infringir en “sí mismo” , una serie de prerrogativas donde se juntan la penitencia, la expiación, el dolor, la disciplina, la lucha, presentes en su cotidiano actuar, pautas de carácter espartanas o draconianas con un ¡fin en mente!, superar el estado actual del presente ya sea en lo emocional, espiritual, material etc., en definitiva, avanzar hacia un futuro mejor a través del esfuerzo permanente y continuo que significa el sacrificio.
Pero, si el sacrificio -no es- decidido por “uno sino” sino que se le impone por un tercero, la falta de esa autodeterminación, le quite el derecho para -no aceptar- tal decisión, así, la palabra sacrificio en un neologismo que oculta el sentido de fondo de quien -sacrifica-, y sea hacer “desaparecer” a quienes sacrifican o el maniqueísmo instalado del “ellos” y del “nosotros”, ¡como nunca! el linaje del político queda develado tal cual “es”, qué lo importante de su gestión, es lo que ellos deciden y ¿quiénes lo sufren?, los otros, por eso esos otros siempre ¡refracten! “sacrificador”.
Y momento a considerar una variable vinculadas al sacrificio y sea -la del resistir-, también aquí se trate de un acto de “elección” personal, resistir para superarse, aguantar más, formarse mejor, estoicamente, lograr firmeza en la fatiga física o el agotamiento mental, obtener capacidad de lucha, rebeldía etc., todo eso tras una “superación personal”, pero cuando un tercero ataca, vulnerar y se torna amenaza, peligroso etc. eso ¡obligue! a un actuar también, entonces, ¿y la diferencia respecto a la -no elección- de ser sacrificado y resistir?, ¿cuál es?, la de -no ser- un “desaparecido”.
La siguiente ecuación sea ¡más que pertinente!, las medidas económicas anunciadas -si o si-incuben las “bases” de un ¡resistir!, y por otro lado, las -respuestas represivas- del gobierno a ese resistir, entonces, si esa resistencia es movilización, protesta callejera, piquetera, huelga etc., la presente amenaza y coacción que significa reprimir, no busque orden ni seguridad, sino calmar una “sed” incubada por años, y que la ministra Bullrich en su anterior función -supo calmar-, encubrir a los asesinos de ese ayer y hoy, los que asesinen a los ¡sacrificados de Caputo!
Pero un desprevenido lector pregunte, ¿hablamos del gobierno de Macri, no?, ¿pero porque esa pregunta?, -por los apellidos de los funcionarios que se mencionan-, ah, ¡no!, son los funcionarios de Milei, ¿y cuál es la diferencia de ellos como funcionarios del actual gobierno?, ¡ninguna!, fueron elegidos por sus antecedentes, ¡vaya, vaya!, un entregador y una -exterminadora serial-
. O uno que sacrifica y otra que los inmola.
Juan Oviedo