Por su lado -Minuto G- titula “ATV´S Y SHOW FREESTYLE, EN EL SEGUNDO DÍA DEL EDV. 24-02-2024. Hoy será un día que tendrá de todo, en el predio del Enduro del Verano 2024. Motos, ATV´s, Mini Quad y Freestyle Show”.
Pero será el portal -Sector Informativo- en voz de su director, quien vierta una opinión acerca de este hecho con el sugerente título “El Enduro molesta. Molesta a los geselinos que pretenden la tranquilidad y paz que ofrece el destino ante los ruidos de las motos y los cuatris. Molesta a las familias que buscan playas serenas y deben “bancarse” a los pilotos amateurs saltando algún médano. Molesta a quienes quieren un final de temporada más suave, vienen cansados de una temporada de trabajo y necesitan enlazar el inicio del ciclo lectivo más pasivamente. Todo eso se entiende, pero lo cierto es que el Enduro del Verano es un espectáculo que genera millones de pesos para todos, incluido Villa Gesell. Por eso, el show -guste a quien le guste- debe continuar”.
Lo que significa que el balneario es “contradictorio”, por posicionar un evento que genera “inconvenientes” en esa mayoría que -no participa- del mismo, algo que molesta y se “padece” en un espacio creado para disfrutar lo que no “incluye” la cacofonía de ruidos, la aglutinación de 4x4 desfilando con sus parlantes a todo decibel, ni los delirios del amateurs que maneja una moto y alucinación de por medio, “creerse” profesional e ir por toda la villa a velocidades que no se deben ir, en su privada carrera de enajenado, bueno, por todo eso la publicidad oficial del –balneario- como solaz para vacacionar es contradictoria.
Y si decimos balneario y no villa Gesell es para hacer la siguiente diferencia, el balneario está posicionado y manejado por intereses comerciales, mientras, Villa Gesell esté representado por el residente que no participa de tales intereses, entonces, imagine seguir el razonamiento del “espectáculo como generador de divisas”, pero con otros actores: los mosquitos, si estos generaran divisas, entonces, se abrirían las puertas de todos los cielos para que los mosquitos del mundo vinieran al solaz.
Pero la contradicción del balneario no solo lo es por el Enduro, “pensado” para ser un - centro aglutinador- y despertar la andanza del -placer báquico-, promocionado para posicionar el imaginario de la aventura o la odisea del verano para todo turista en general, estos se topan con una realidad diferente, los varios inconvenientes que oculta el destino, como el hacer cola para todo, precios desorbitados, un clima que no acompaña y cuando -lo hace- surjan tapiocas y aguas vivas, el fulbito en la playa y recibir un posible pelotazo, sumado a la música que pone el circunstancial vecino en la playa, estacionamiento colapsado en la zona céntrica.
La “condición báquica” que tiende a lo placentero, es algo que –agenda- el visitante, pero la contradicción que implica el balneario, exponga su propia futilidad, porque la pretendida embriaguez o emborrachar placentero, la promesa por romper la inercia repetitiva de acciones rutinarias, se tornan falsas, porque no hay “nada” distinto, mágico o maravilloso, es ¡más de lo mismo! como trabajar, dormir, comer etc., el destino se torna Sísifo, y el absurdo por convertir significativo algo que -no lo es-, posiciona el fantasma de lo “nihil” en los valores publicitarios del solaz costero.
Así, la creencia liberadora que lo báquico puede deparar según el balneario es falsa, por la contradicción de volver significativo, lo asignificativo, es algo que -no lo es-, la molestia, el padecer, la bronca que despierta eso significativo, revele la contradicción que envuelve al balneario.
El “Enduro del Verano”, es parte de un sistema en consonancias con otras quimeras vinculado a lo báquico, pergeñados por los hijos de la necesidad comercial, los eventos se contraríen acentuando las tormentas que la vacuidad posiciona en visitantes y otros, compartan el padecer que la ilusión del vacacionar provoca, sufran el tormento de la insignificancia que el lugar destina y sufrir las barbaridades presentes de ruidos, motos, la cacofonía que se da cita en el Av. Tres etc., extendido a los eternos desubicados que ponen la música para que se escuche en Pinamar, colas, precios desorbitados, días de lluvia, les recuerde lo que son, una comunidad globalizada del padecer con su mayor fantasía, hacer significativo la insignificancia.
El balneario por ser contradictorio, no pueda zanjar su razón de ser, presentado como abundancia y exegesis báquica, en el fondo, es carencia destinando padeceres, entonces, ¡malditas motos!, ¡malditos mosquitos!
Juan Oviedo
SiGesellnoticias