Según rescata el proyecto elaborado por Diez, la construcción comenzó 3 años después con la fisonomia conocida cuatro arcos internos y otros dos que se unen en el centro, una representacion de la divinidad.
El Santuario tuvo un gran impulso constructivo en 1996, con la llegada de Luis Baldo a la Intendencia Municipal: se completó el techado y se lo dotó de un inciensario gigante, de mayor tamaño del original de Santiago de Compostella, obra del extinto artesano y herrero Juan Carlos Montes.
La obra se fue completando en el tiempo, merced al aporte de familias geselinas y el trabajo del escultor Leonardo Castellani, quien trabaja en completar las figuras que poblarán el pórtico de ingreso.
El Concejo finalmente no trató el expediente de juntos, sino que inició uno nuevo con la respuesta de la Comisión de Preservación Patrimonial, quien realizó un trabajo de recopilacion del Santuario, y de la fiesta, que todos los años se realiza alrededor del 25 de julio.
La Concejal Paula Palacios – que preside la comisión de Legislación, Acuerdos, digesto y seguridad – justificó la maniobra señalando que se trató de “un cierre administrativo”, lo cierto es que el proyecto aprobado en su momento quedó en la espera de respuestas en la Secretaria del Concejo, y la respuesta de la Comisión de Preservación Patrimonial no fué adjuntada a la iniciativa, la que quedó en el camino del olvido.
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