Algo a considerar, que con la nacionalidad como derecho no solo se comparte la instancia jurídica, sino que se “incorpora” lo -simbólico y cultural- como prácticas internas y cotidianas de ese determinado país, bueno, usted ya puede vislumbrar que semejante introito es para referirnos al caso Gonzalo Peillat, el joven que decidió elegir a la selección alemana de Hockey para jugar los Juegos Olímpicos del 2024 y de destacada participación al hacerle un gol a su antiguo equipo y ¡festejarlo!
Y aquí es donde lo que parecían ser aguas -claras y separadas- es donde se mezclan, pues la nacionalidad, por un lado, y la otra, la deportiva, coalicionen porque el grito de festejo de ese gol -no es- cualquier cosa, sino que se trata de una descargar emotiva parapetado en un sentir, se “siente” la camiseta nueva en detrimento de la otra camiseta, el festejo enreda una delicada valoración, pues la connotación del “festejo” implica una valoración centrada en él y en su elección tomada como jugador acerca de una estructura pública (Alemania), quien le ofreció otras posibilidades para su desarrollo como jugador, en otras palabras, su paso público (Argentina) se torna (disvalor) y contrario a su desarrollo profesional, ¿su “argumento” por dejar de vestir la camiseta argentina?, el sentirse “hastiado” por el manejo del Hockey en el país y con ello, diferenciar los valores alemanes de los argentinos.
Y en esto, algo “implícito” se destaca, la valoración de la nacionalidad alemana por sobre la argentina, entonces, no solo es el hecho de algo deportivo, sino que lo trasciende, donde la patria, la República, el país, esa estructura ¡pública alemana! se interese por el desarrollo de sus ciudadanos, las palabras del joven Peillat son “Alemania, a diferencia de Argentina, es un país que planea, que planifica” y termina por definir cierta idiosincrasia: “El argentino es viveza y en Europa, no”.
Entonces, la cuestión “es” que lo público, puede atentar en contra de las capacidades privadas, pero si la patria, la república, el país, está encarnado en lo público, menuda cantidad de traidores nos acechen, con nacionalismos parapetados en Europa y Estados Unidos por igual, entonces, en el fondo, ¿qué ha hecho el joven Peillat?, ejercer una herencia.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias